Desde su entrada en vigor en 2023, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) se ha convertido en un elemento permanente en las nóminas y cotizaciones de trabajadores y autónomos. Este sistema, impulsado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, tiene como finalidad reforzar la sostenibilidad del sistema público de pensiones, generando un fondo de reserva que sirva de apoyo ante el previsible incremento del gasto derivado del envejecimiento de la población.

El MEI es una cotización adicional obligatoria que no incrementa la pensión futura, sino que se destina a un fondo de reserva —el conocido “hucha de las pensiones”—, pensado para garantizar los pagos en los próximos años, cuando la generación del baby boom alcance la edad de jubilación.
La medida responde al reto demográfico y financiero que afronta el sistema de pensiones: menor natalidad, más jubilaciones y mayor esperanza de vida. Con ella, el Gobierno prevé recaudar entre 2.000 y 3.000 millones de euros anuales, que se acumularán hasta 2033.
En 2026, la aportación total del MEI ascenderá al 0,9 % del salario bruto, distribuida entre la empresa (0,75 %) y el trabajador (0,15 %).
Desde su puesta en marcha, el MEI ha seguido una senda de crecimiento gradual que culminará en 2029, cuando alcanzará el 1,2 % (1 % a cargo del empleador y 0,2 % del empleado). Estos porcentajes se mantendrán estables entre 2030 y 2050.
En términos prácticos, la subida del MEI supondrá una retención adicional en las nóminas. Por ejemplo, con un salario bruto de 2.500 euros, el 0,9 % equivale a 22,50 euros mensuales, repartidos entre empresa (18,75 €) y trabajador (3,75 €).
Los autónomos, por su parte, también asumirán el incremento, aplicando el 0,9 % sobre su base de cotización. Un profesional con rendimientos netos de 2.500 euros y una base de cotización aproximada de 1.141,40 € abonará 10,27 euros adicionales al mes.
Aunque el MEI busca reforzar la sostenibilidad del sistema, diversos expertos advierten de sus posibles efectos secundarios. Según el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social del Instituto Santalucía, el mecanismo podría derivar en:
Asimismo, se critica que la medida introduce un recorte indirecto y poco visible en las pensiones futuras, al incrementar la carga sobre las generaciones actuales sin garantizar un retorno proporcional.
El MEI simboliza el difícil equilibrio entre la solidaridad intergeneracional y la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones. Para los despachos y asesores laborales, su aplicación implica una revisión precisa de las nóminas y cuotas de los clientes, garantizando el cumplimiento normativo y anticipando los efectos sobre la carga salarial y la planificación económica.
En un contexto de creciente presión sobre el sistema público, el MEI representa una herramienta preventiva, pero también una advertencia: sostener el futuro de las pensiones exigirá un esfuerzo compartido entre empresas, trabajadores y autónomos, bajo una supervisión técnica rigurosa y una comunicación transparente.